El estrés tiende a regresar a tu vida y hacerte sentir infeliz. Estas simples estrategias de manejo del estrés pueden ayudarte a mantenerlo bajo control.
Escrito por el personal de Mayo ClinicEstás mejorando en el manejo del estrés. Tal vez ya dominaste las nuevas técnicas de gestión del tiempo. O has aprendido a controlar tu ira bajo presión. Eso es grandioso. Sin embargo, para mantener el estrés bajo control para siempre, necesitas comprometerte a usar las técnicas de manejo del estrés que has aprendido.
El control del estrés no es un botiquín de primeros auxilios que se saca solamente en caso de emergencia. Más bien, es un conjunto de herramientas que puedes usar todos los días para tratar los problemas grandes y pequeños que surgen. Es una buena idea mantener tus herramientas afiladas e incluso añadir algunas a tu colección de vez en cuando.
No te desanimes si a veces no logras manejar una situación estresante tan bien como te gustaría. Los cambios llevan tiempo, y los reveses son parte de la curva de aprendizaje. Aprende de la experiencia y planea manejarla mejor la próxima vez. Aunque tengas retrocesos, no te rindas. Concéntrate en lo que puedes hacer para recuperar el control. Piensa en cuáles fueron los errores y qué puedes aprender de la situación.
Es más probable que el estrés regrese si no te estás ocupando de ti. Así que recuerda ser tu prioridad. Estas estrategias pueden ayudarte a concentrarte.
Solo 10 a 20 minutos de reflexión en silencio pueden aliviar tu estrés y aumentar tu tolerancia al estrés crónico. Escucha música, relájate y trata de pensar en cosas agradables o en nada en absoluto. Si sientes que tus músculos se tensan durante el día, haz una caminata durante un breve descanso. Respira profundamente, inhala, haz una pausa por un segundo y luego exhala lentamente. Repite esto algunas veces. Analiza probar con ejercicios de meditación o atención plena.
El ejercicio puede ayudar a combatir la depresión y la ansiedad. Muévete, por ejemplo, saliendo a caminar la mayoría de los días de la semana. La actividad física regular puede beneficiar a tu cuerpo y mente. Intenta hacer 30 minutos de ejercicio aproximadamente cinco días por semana.
Una dieta rica en frutas, vegetales y granos integrales puede darte más energía para mantener el estrés bajo control. Si bien la cafeína puede darte un impulso de energía, esta desaparecerá rápidamente.
Trata de dormir lo suficiente cada noche, ya que esto puede ayudarte a enfrentar el estrés. La mayoría de las personas necesitan, aproximadamente, entre siete y nueve horas de sueño cada noche. Establece un ritual consistente a la hora de irte a dormir. Planifica acostarte y levantarte a la misma hora todos los días. Quita las tabletas y teléfonos celulares de tu dormitorio, ya que la luz que emiten estos dispositivos puede dificultar aún más el sueño.
En lugar de buscar maneras de incluir más actividades en el día, busca maneras de reducirlas. Recuerda que está bien decir no a nuevas solicitudes o compromisos. Decir que no es una oración completa. Cuando dices que no a un nuevo compromiso, estás honrando tus obligaciones existentes y asegurándote de que podrás dedicarles tiempo de alta calidad.
Anticípate a los desafíos. Ya sea que te prepares para un proyecto en el trabajo, planifiques una reunión familiar o te ocupes de un niño enfermo, estar preparado puede ayudarte a enfrentar situaciones estresantes con confianza. Si es necesario, dedica más tiempo para relajarte. Si tienes muchas tareas que debes realizar, escribe una lista de tareas por hacer y determina cuáles son las más importantes.
Si te encuentras pensando: «Esto no se puede hacer», vuelve a ponerte firme. Piensa en cambio: «Esto será difícil. Pero puedo hacer que funcione. Puedo superar esto.». Darles un giro positivo a los pensamientos negativos puede ayudarte a trabajar en situaciones estresantes.
El humor es una gran manera de aliviar el estrés. Prueba mirando una película graciosa o leyendo algunos libros que contengan bromas. La risa libera endorfinas, sustancias naturales que te ayudan a sentirte mejor y a mantener una actitud positiva. Los estudios sugieren que la risa puede tener muchos beneficios que pueden incluir el fortalecimiento del sistema inmunitario, el aumento de la circulación y el alivio del dolor.
Si los nuevos factores estresantes desafían tu capacidad para sobrellevar la situación o si las técnicas que antes eran útiles han perdido su eficacia, es posible que tengas que buscar refuerzos. Muchos libros, sitios web y grupos de apoyo se dedican a ayudar a las personas a superar tiempos difíciles. También puede ser útil hablar con un terapeuta o profesional de la salud mental. A veces, una perspectiva externa puede hacer la gran diferencia.
Recuerda que el estrés es parte de la vida; nunca va a desaparecer. Pero tú tienes las herramientas para impedir que el estrés se apodere de tu vida. Úsalas bien. Y recuerda que nadie tiene más responsabilidad en tu salud y bienestar que tú.
Aug. 20, 2021
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